lunes, 20 de marzo de 2017

Primavera

El día que topé con la suerte de frente
habíamos quedado a las 3:00 am
en la puerta de aquel bar
de la esquina.

Y la suerte vino  vestida
con tu camisa favorita.

Ibas con tu sonrisa de cristal,
las dudas presentes
y el pasado extendido de polvo.

Nos quedamos ahí durante años,
convertidos en milésimas de segundos,
para que después tu mascara
cayese al suelo
y rompiese tu ayer en mil pedazos.

Y entonces se fue el inverno,
y el viento convertido en verano se llevó aquellos rotos.

Me vi capaz de lo impensable
con tal de llegar al punto
de tu noretorno,
para meterme dentro de tus costillas
y buscar la respuesta del porqué de mis desmesuras

Y al abrirme la veda de tus sentimientos
descubrí encantada
que en el precipicio de tus manos
se encuentra mucho más
que mis miedos y tus dudas,

Todo es tan rápido desde entonces
que busco romper las espadas
del tiempo que hacen agravios
en nuestro futuro. 

sábado, 29 de octubre de 2016

Las cosas que me gustan de mí.



Me gusta cuando me calas el alma,
 con besos robados como arma.

Me gusta cuando sonríes de reojo
si me ves mirándote,
 mientras te muerdes los labios.

Me gusta cuando me besas despacio,
 te conviertes en verano
 y me buscas  sin paciencia en tu colchón.

Me gusta escuchar a Ferreiro,
  mientras busco la forma
 de reconstruir el derribe de tus miedos.

Me gusta cuando haces de mi ombligo tu nación,
 implantas tu himno en mi garganta
 y dibujas tu bandera en la silueta de mi espalda.

Me gusta tu prisa por mi risa,
cuando se mete la brisa por las cosquillas de tu pelo,
y juega al escondite con tu boca
sin perder.  

Me gusta ser el nexo de tu vida,
 perderme entre tus dedos,
 y encontrarme sin salidas.

Me gustan los jueves con lluvia en tu coche,
refugiarnos en la piel,
querernos a escondidas
 y mojarnos  también.

Me gusta que me veas leer,
 leerte en braille
y silbarle una banda sonora al tiempo
que pasa contigo y no por ti,
Me gustan tus arrugas de niño grande,
 me gusta tu imperfecta madurez.

Me gusta ser tuya.

Me gusta(s) cuando eres mío también.

jueves, 20 de octubre de 2016

BLACKJACK



Tengo un as bajo la manga
cargada de suerte
y se muere de ganas
de besarte las manos.

Desde el día que supe
que te  había encontrado
tengo un trazado un plan de rescate
cargado de sueños,
por si quieres apretar  el botón de huida.

Y solo te digo que te quites las dudas,
las dejes en el armario
que salgas al balcón
y me dejes ser tu bocanada de aire fresco.

Que tú y yo tenemos algo pendiente,
y aunque tú lo llames
miedo…

Yo lo llamo parasiempre.

miércoles, 12 de octubre de 2016

Te (...) y más allá

Quiero quitarte las dudas
a golpe de verso
en cada comisura de tu espalda.

Crear  verbos distintos
que se empapen de arte
para conjugarlos en tu ombligo
y después soplar.

Llorar al ver como sonríes
doliendo la vida pasar
tallada en tus manos
y sin mirar hacia atrás.

No sé si me entiendes
pero te quiero
en formato poesía,
risa,
llanto,
viento,
beso,
furia,
abrazo,
orgasmo
vida…
…te quiero a ti

Te quiero tú.


 y más allá.

sábado, 20 de agosto de 2016

Cara o cruz.

Puede que no sepas que te estoy mirando.

Puede que no te hayas dado cuenta que estoy frente a ti, viendo como te tomas tu café, el de siempre, y esperas a que ella aparezca.

Puede que no te fijes en que disimulo mirarte escondida en uno de mis libros favoritos.

Puede que lleve aquí más de una hora y no haya pasado de la octava página.

Puede que ni siquiera sepas que estoy aquí.
O bueno...
Puede que ni te hayas dado cuenta de que existo.

Puede que sepa que siempre pides un café bien cargado, con solo dos azucarillos, y que nunca lo terminas.

Puede que se enfríe antes tu café que tus ganas de que ella aparezca por la puerta.

Puede que incluso yo deseé que vuelvas a buscarla sólo para verte desde aquí.

Puede que siempre venga desde la primera casualidad en la que chocamos y te disculpaste por tu torpeza.

Puede que ella te deje tirado y no aparezca -otra vez-.

Puede que eso te duela.

Puede que yo sepa que te duela porqué pones tu mueca de desinterés mostrando un pequeño resquicio de añoranza.

Puede que entonces te levantes después de una hora y cuarenta y tres minutos esperándola, y decidas que es suficiente por hoy. Que hace dos semanas debió aparecer de nuevo y nunca lo hizo.

Puede que pase por tu mente que se acojonó, que conoció a otro. Puede que huyese.

Puede que decidas de una vez por todas levantarte e irte.

Puede que sepa que yo debería hacer lo mismo.

Puede que entonces abras los ojos.
Puede que entonces me veas...

O puede que yo me quede sentada viendo como te vas -otra vez-.

Mejor esta vez lo echo a suerte... ¿Cara o cruz?

lunes, 21 de marzo de 2016

Reescribiendo-te

"Desperté de madrugada. Observé el desorden y decidí que era hora de arreglar todo.
Ya que al principio se me antojaba una quimera, pero las horas se pusieron de mi parte
y poco a poco todo fue tomando forma.
Descubrí de nuevo el espacioso habitáculo, 
recordando de lo que era capaz.
Contento salí a la calle. Y
 sentí el penetrante calor de un sol que brillaba de forma diferente. Sus rayos apenas median unmetrosetentaycinco 
pero su calor calaba los huesos.
Me atreví a mirarlo a los ojos
descubriendo su linda sonrisa.
Sonreí."





Y entonces ella sonrió.


Y comprendió, 
que hay sonrisas que aceleran la risa, 
y empapan el alma, 
con el calor de una mañana de verano.

Tanto tiempo había escrito 
y nunca fue sido descrita,
qué el hecho de que otras manos definieran sus miedos 
le había hecho sentir un pellizco en el corazón, 
como si inyectasen 
una jeringuilla de adrenalina en el hueco de su pecho,
como si una lluvia ácida le quemase la piel milímetro a milímetro,
como si el peso de su alma la abarcase. 

Entonces lo entendió todo.
Entendió por qué él nunca le habló antes. 

Entendió por qué ella nunca había reído así. 

Entendió que hay corazones que se encuentran en cierto punto 
de una historia que aún no está escrita. 

Entendió que ya tenía con quien escribirla.


lunes, 14 de marzo de 2016

Cenizas.

Caminas con los puños cerrados,
recordando todo lo que un día te hizo ser fuego.

Explayas en tu mente cada palabra que te hizo volar con ella de la mano, 
dejando cada oportunidad de liberarte de ti mismo 
una y otra vez...

Agachas la mirada mientras acelera tu paso con tu pulso, 
bienvenidas sean las ganas de salir corriendo, 
pero una roca enorme te paraliza las fuerzas.

Una gota de  sudor cae cuando te llega a la mente 
el recuerdo de ese beso que rompió tu piel. 

Y vuelves a apretar las manos en busca de algo que agarrar...

Quizá a ti mismo.

Y no puedes más, 
explotas, 
te arde el pecho, 
miras atrás y ves tus huellas convirtiéndose en hielo. 

Y corres. 
Tus piernas cobran vida y dejas tú pasado atrás.

Y yo, que estaba caminando a tu lado, 
con la mano extendida esperando a que tú abrieses la tuya, 
me quedo aquí.

Mis pies se paran,
 te miro y siento como el viento te corta las lágrimas que recorren tu vida. 

Mientras yo, 
que estuve aquí todo el tiempo,
 recojo todas las cenizas que has dejado.

Y cuando las tenga en mis manos. 

Iré hasta tu lado.

 Soplaré,
 y volverás a ser tú.